domingo, 6 de mayo de 2012

Mi Confrontación con la Docencia

Mi profesión de origen es Licenciado en Lengua Inglesa la cual cursé en la ciudad de Xalapa, Ver. en la Universidad Veracruzana. Esta licenciatura ofrece tres campos de especialización a escoger: traducción, literatura y docencia. Cuando ingresé a la Universidad, realmente no tenía bien definido lo que quería hacer pero lo que sí tenía muy claro era que no quería ser maestra y decidí especializarme en el área de literatura. Sin embargo, al estar en la facultad tuve un maestro excepcional, porque cada que daba su clase, ya fuera la de Literatura Norteamericana o la de Literatura Mexicana, creaba un ambiente tal que parecía que estábamos a un lado del autor del cual nos  hablaba. Sus clases eran interesantes y divertidas y lo mejor de todo era que nunca consultaba un libro o apunte, al menos no frente al grupo, para dar su clase; dominaba perfectamente su materia y siempre respondía a todas nuestras dudas. Aunque era un maestro de unos 50 años aproximadamente, tenía una capacidad increíble para relacionarse con los jóvenes y captar nuestra atención a tal grado que cada vez que él entraba al aula, todos nos callábamos para escuchar la historia que tuviera que contarnos.
 Cada vez que teníamos esa clase pensaba que si algún día por azares del destino llegará a ser maestra, me gustaría ser como él. Al egresar de la facultad se me presentó la oportunidad de entrar a trabajar en la misma facultad como docente; así que me arriesgué a probar algo que supuestamente no me gustaba y mi sorpresa fue que la docencia no era lo que yo pensaba. Como era de esperarse no me fue muy bien la primera vez, me topé con la sorpresa de que no era nada fácil pararse frente a un grupo de estudiantes y tratar de dar una clase; mucho menos hacerlo con la confianza y seguridad con las que lo hacía mi maestro favorito. Porque para poder hacerlo así primero tendría que crear mi propia identidad como docente, tener seguridad en mí misma y apropiarme de métodos y técnicas de enseñanza.
Debido a que mi perfil no era de docente, comencé como tal vez lo hicimos muchos de nosotros por ensayo y error. Tuve que documentarme sobre dichos métodos y técnicas de enseñanza, ya que no contaba con una base pedagógica; pedir ayuda  y consejos a mis maestros de la facultad y modelando la conducta de más de uno de mis profesores. Y así transcurrió el tiempo hasta que un día me di cuenta de que ya no copiaba estilos, que era realmente yo la que decidía cómo dar la clase, qué técnica aplicar y sobre todo había logrado entablar un canal de comunicación con los alumnos.  
Mi ingreso al nivel medio superior de manera continua fue hace 4 años cuando comencé a trabajar en el Conalep 177, sin embargo ya había tenido previa experiencia en este nivel 2 años antes en un bachillerato particular y debo confesar que ese primer acercamiento con los adolescentes fue tremendamente impactante. Yo sólo había trabajado con alumnos universitarios, que podríamos decir ya son personas responsables de sus actos y no hay que andar reprendiéndolos con frecuencia.
No obstante, a lo largo de estos 4 años he aprendido a entablar una buena comunicación con los alumnos, a entender porque a veces tienen ciertas conductas, detectar en ocasiones cuando tienen algún problema o preocupación. Esto me ha ayudado a crear un buen ambiente de trabajo y respeto en el aula porque los alumnos se sienten con la confianza de acercarse a mí, ya sea para disipar alguna duda o para comentar alguna de sus preocupaciones y esto es algo que me llena de satisfacción y es una de las cosas que más me gustan de ser docente.
Desgraciadamente no todo es color de rosa y así como hay satisfacciones también hay insatisfacciones en esta profesión como: no contar con el material y los recursos suficientes para realizar la sesión debidamente, cuando los padres e incluso los mismos alumnos consideran que otros módulos o materias son más importantes que los nuestros, cuando cualquier persona por haber tomado un curso de un año es apto para impartir nuestro módulo causando sólo confusión en los alumnos, no percibir un salario justo en ocasiones, etc. Sin embargo, puedo decir que el haber ingresado al nivel medio superior y trabajar con adolescentes, me ha ayudado a desarrollar mi lado humano y a gozar de muchas satisfacciones tanto profesionales como personales.
Finalmente todo lo anterior lo he ido adquiriendo a través de la constante capacitación que se nos brinda y un ejemplo de ello es que actualmente estoy cursando el diplomado en Competencias Docentes para la Educación Media Superior, el cual me ha sido de mucha ayuda para poder comprender por completo qué es la educación basada en competencias y cómo se debe llevar a cabo. De igual forma me ha servido para recordar nuevamente lo que es ser alumno, estar sujeta al stress de las tareas y trabajos, trabajar colaborando con los compañeros, estar nerviosa al momento de obtener una calificación  y de los comentarios de mi tutor o tutora con respecto a mi desempeño. Y por el simple hecho de estar  del “otro lado” me hace más tolerante y flexible con mis alumnos cuando por algún motivo se retrasaron en la entrega de un trabajo o tarea.

sábado, 5 de mayo de 2012

"Los saberes de mis estudiantes en el uso de las TIC y de Internet"

Hoy en día es muy raro encontrar un adolescente que no sepa hacer uso de una computadora, aunque sea a un nivel muy básico. La mayoría de nuestros alumnos ya crecieron con la tecnología como algo que es parte de su vida y aunque no cuenten con una computadora propia, por lo menos tendrán un teléfono celular cuyo sistema operativo es muy parecido a ésta y por lo tanto están familiarizados con su uso.

Dentro de la población estudiantil con la trabajo a diario, cuentan con una gran variedad de habilidades en el manejo de dichos dispositivos y se podrían dividir en 4 grupos de acuerdo a sus habilidades. Están los que son muy buenos en el manejo de procesador de textos y la elaboración de presentaciones interactivas o en movimiento, otros son excelentes en la navegación y búsqueda de información en la web, otros más manejan muy bien la edición ya sea de audio o video y por último están los que saben realizar diseños utilizando programas complicados. Por otro lado, creo que todos saben hacer uso de las redes sociales o por lo menos manejan “Messenger”,  “Facebook”  y últimamente “Whatsapp” ( en los dispositivos móviles) para comunicarse entre ellos,  plantear y resolver dudas sobre cuestiones personales y/o escolares; o por el simple hecho de  estar informados sobre lo que acontece en el mundo.

Creo que una estrategia para promover la enseñanza- aprendizaje del manejo de las Tic’s es integrar equipos en dónde coloquemos a un integrante de cada uno de los grupos arriba mencionados, es decir, uno que sepa manejar procesador de textos, uno que sepa navegar en internet, otro que sepa sobre diseño, etc. y asignarles un proyecto relacionado obviamente con el contenido que se esté manejando que requiera de la aplicación de dichas habilidades. Una vez realizado el trabajo, hacer la evaluación pertinente de la actividad, ya que para evaluar si los alumnos aprendieron de sus compañeros tendremos que reasignar a los equipos. Esta vez los equipos se integrarán de la siguiente manera: en una primera actividad se asignaron a los alumnos que eran buenos en algún manejo específico para enseñarlo a sus demás compañeros, ahora se cambiará el rol del alumno, es decir, el que es bueno para navegar en la red y aprendió a hacer una presentación interactiva, en esta segunda actividad será el encargado de la elaboración de la presentación y no de la búsqueda de información, así será la conformación de los demás equipos para esta segunda actividad. Esto nos ayudará a saber si realmente los alumnos aprendieron algo de sus compañeros.